En la sesión de la mañana, el ponente encargado de hablarnos del papel de los laicos fue el Dr. César Kurma. Desde su Brasil natal, este teólogo quiso destacar la actualidad y la relevancia del tema del laicado y cómo estos deben asumir su tiempo en la Iglesia, su espacio y su misión en el mundo con coraje y libertad, porque es “la hora de los laicos” y de ir a las periferias, para llegar a las personas que están en los márgenes.
Nos invitó a cambiar las estructuras y las mentalidades para abrir nuevos espacios a los laicos, especialmente para la formación y el discernimiento. Incidió también en cómo el camino sinodal implica el surgimiento de una iglesia-sujeto, con la participación activa de todos los miembros, religiosos y laicos, con corresponsabilidad.
La sinodalidad, destacó, conlleva caminar juntos y esta experiencia es la que sostiene todo el carisma, lo enriquece y lleva a la pedagogía amigoniana.
Como conclusión, fue explicando algunas cuestiones importantes en la relación entre religiosos y laicos como son el llamamiento de todos a la misión, el carisma que nos sostiene, el equilibrio entre el laicado y la vida consagrada, los desafíos de caminar en un carisma común, la autonomía y especificidad de cada vocación y misión, la colaboración y cooperación sin someter al otro, la dinámica del anuncio y el fortalecimiento del carisma y la dimensión comunitaria como esencia de la vida cristiana.
Elaborando procesos de cambio
Las dos sesiones de la tarde se centraron en el trabajo en los distintos grupos de diálogo espirituales. Primero, leyendo y dialogando el documento de síntesis que recoge todas las aportaciones aparecidas en las Asamblea hasta el día de ayer.
Tras la pausa-café, esos mismos grupos volvieron al trabajo para preparar un documento propio en el que, desde lo vivido en la asamblea sinodal todos estos días, se explique y desarrolle un proceso a continuar en los dos próximos años, hasta el Capítulo General, definiendo un fin específico, lo que hemos estado viviendo, lo que nos motiva a seguir, el proceso en sí, los recursos y acciones que conllevaría, y qué energías que dan vida y paralizan ese proceso.