“¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, a los hombres de buena voluntad!”
A toda la Familia Amigoniana: religiosos y religiosas, cooperadores y laicos.
Navidad es Vocación. El misterio de Belén es una cuna preciosa abierta a la humanidad entera donde todos somos llamados a vivir en el Amor. Aún recién nacido, Jesús abre sus brazos a todos invitando a hombres y mujeres de todos los tiempos a encontrarse con el Amor y la Misericordia Divina. Sus labios parecen pronunciar el mejor pregón que alma humana haya escuchado: “Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados; yo os aliviaré”.
Que esta Navidad renueve en nosotros, amigonianos, el llamado que Jesús nos hace de ir en busca de la oveja perdida y llevarla al aprisco del Buen Pastor.