Primer Dolor: Profecía del anciano Simeón

Este primer dolor marca el inicio de un camino lleno de sufrimiento, pero también de amor y entrega. María acepta con humildad la voluntad de Dios, consciente de que su Hijo tiene una misión trascendental.

Nos invita a meditar sobre nuestra propia disposición para aceptar los desafíos y pruebas que Dios permite en nuestra vida, confiando en que detrás de cada dolor hay un propósito mayor.

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