Vida afectiva y maduración humana

Para hacer vida el “Caminar juntos” se crearon grupos de trabajos integrados con laicos y religiosos mezclados en los cuales han dialogado las experiencias vividas referentes al tema de ayer y posibles soluciones ante los problemas que han surgido a raíz del mismo. Cada grupo eligió a un secretario, que a su vez era expositor de lo conversado entre ellos ante la Asamblea General.

Tras este compartir, se continuó con la charla remarcando que la sinodalidad es un camino de aprendizaje continuo, es decir, un proceso de conversión y adaptación y, para demostrar su punto, enumeró los tres principios necesarios para que haya comunidad.

  • Tener conciencia de crecimiento.
  • Tener proceso de discernimiento.
  • Interacción.

Se centró también en el liderazgo, dando las claves para construir una comunidad/hogar, haciendo hincapié en un liderazgo que trabaje y dinamice bien la corresponsabilidad.

Trabajando en dar continuidad a este proceso sinodal

Por la tarde, nuevamente los grupos de diálogo tuvieron protagonismo, pues, se reunieron a conversar las resonancias partiendo desde la frase “la novedad no se diseña, sino, se descubre y se experimenta”.

A partir de ahí, juntos identificaron emociones y sentimientos, además de las novedades que surgieron y se propusieron claves e indicadores para dar continuidad a este proceso sinodal que se está viviendo.

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